viernes, 27 de enero de 2017
lunes, 23 de enero de 2017
La explosión demográfica en Filipinas
Varias madres y sus bebés comparten una cama en la concurrida
sala de maternidad del Hospital José Fabella de Manila en Filipinas. Los filipinos
se refieren comúnmente a este sitio como la "fábrica de bebés."
Los niños, algunos envueltos en mantas, se encuentran en
medio. Las jóvenes madres traen puestos trajes de hospital, blancos y delgados,
que se enrollan en los costados.
En un solo día, 77 bebés pueden haber nacido. Madres y recién
nacidos llegan cada media hora más o menos.
Dentro de esta sala, nadie puede conciliar un sueño
tranquilo. "Elegimos venir aquí porque es más barato", dice una
madre, Jaisel Anne Osmena, de 20 años.
La mayoría de las mujeres que dan a luz en el Fabella vienen
de comunidades pobres de los alrededores de Manila. Aquí, sólo tienen que pagar
lo que pueden pagar.
"Compartir una cama está bien, pero estar todos juntos…",
dice Osmena, "…es difícil porque ¿y si la persona que está a tu lado está
enferma? ¿Y si pasan esa enfermedad a tí o a tu bebé?"
De pronto se escucha una conmoción: uno de los bebés se ha
caído de la cama, las enfermeras dicen que todo está bien, al menos esta vez.
"Estamos todos abarrotados en las camas, como si fuéramos
sardinas en una lata, fuertemente embaladas", dice Carina Dagdagan. Tiene
19 años y acaba de dar a luz a su segundo hijo. Su esposo es peluquero y gana
alrededor de $ 10 por semana.
Las madres se sientan en los bancos en la parte delantera de
la sala para amamantar y calmar a sus recién nacidos.
El Hospital Fabella es el punto cero de la crisis de la
superpoblación de Filipinas. Las familias con ingresos más bajos de la nación
tienen poco o ningún acceso al control de la natalidad, ya que no está
disponible de forma gratuita. Esta falta de control subvencionado por el
gobierno ha mantenido alta la tasa de fertilidad del país.
La ex congresista Risa Hontiveros dice que la gran pregunta
es: "Si solo tuvieses el salario mínimo, ¿lo gastarías en un paquete
de píldoras, un paquete de condones o comprarías un kilo de arroz?" "Por
supuesto, el arroz", contesta. "Así que, ¿cómo podemos hacer que las
mujeres y parejas pobres hagan esa elección?", Continúa Hontiveros,
coautora del Proyecto de Ley de Salud Reproductiva de Filipinas, diseñado para
liberar la anticoncepción en las instalaciones de salud pública.
En esta nación predominantemente católica, el proyecto de ley
se enfrentó a una extrema oposición durante años. Pero, en 2014, después de más de una
década de acalorados debates, Filipinas aprobó la ley.
Una vez que la nueva ley se aplique plenamente, cualquiera
podrá entrar en una clínica de salud pública y acceder a la planificación
familiar, dice el doctor Eric Tayag, director del Departamento de Salud de
Filipinas. "El papel del gobierno es asegurarse que estos servicios estén
disponibles para todas las mujeres filipinas en todas partes, sin ninguna
barrera", dice. "Queremos que las mujeres sean más saludables, porque
si dan a luz cada año, su salud se resiente".
El número de mujeres filipinas que mueren durante el embarazo
es tan alto que el país no alcanzó el Objetivo de Desarrollo del Milenio de
las Naciones Unidas para reducir la mortalidad materna en el 2015. En parte, eso ocurrió porque sin control de la natalidad, las mujeres a veces recurren a abortos
ilegales y, a menudo, peligrosos.
En la unidad de cuidados post-aborto del Hospital Fabella,
las mujeres se encuentran solas, en silencio en sus camas. Maribeth Endoso vino
aquí después de una hemorragia durante su aborto. Tiene lágrimas en los ojos
mientras se sienta bajo el resplandor de las luces fluorescentes de la
habitación. "Decidí abortar a mi hijo. Realmente siento pena por lo que
hice y lo lamento", dice, sollozando suavemente. Endoso ya tiene tres
hijos y no puede permitirse el lujo de criar a otro. Acudió con una mujer de la
localidad que usa masajes abdominales y píldoras de prostaglandinas para inducir
el aborto. "Fue doloroso, realmente doloroso", dice Endoso.
"Incluso ahora, todavía puedo sentir el dolor. Creo que es debido a los
masajes. Después de cuatro días, tuve escalofríos, fiebre y estaba vomitando".
La doctora Vanessa Diano, médica residente de turno, dice que
le gustaría ver más planificación familiar disponible para las mujeres pobres para
prevenir abortos inseguros. "Si usted les ayuda a controlar el tamaño de
su familia, no van a tener un aborto", dice, "lo hacen porque
no tienen dinero y no pueden permitirse tener otro bebé".
En la planta de la maternidad, las horas de visita han
comenzado. Las enfermeras llaman por micrófono en voz alta al número asignado a
cada mujer cuando llegan los miembros de su familia y la cacofonía se extiende
por el salón. No se permite que la familia entre en la sala de partos o en la
sala de alojamiento conjunto. Así que esta es la primera vez que muchos hombres
están viendo a sus esposas o novias desde el parto. Afuera de la sala, se
alinean durante las horas de visita. Las reglas les impiden ingresar por lo que
las nuevas mamás salen a su encuentro en el bullicioso pasillo. No hay
mucho lugar para que nadie se siente.
Mark Jason Dagdagan, el peluquero, abraza a su esposa Carina
en la sala de espera. Hablan del nacimiento de su segundo hijo. "Realmente
sólo quiero dos hijos porque la vida es muy dura", dice ella. "Estoy
un poco asustada acerca de lo que sucederá si llegamos a tener más."
A pesar de las estrechas condiciones, muchas mujeres quieren
tener sus bebés en el Hospital Fabella. Eso es porque es uno de los pocos lugares
en Manila en donde las mujeres pueden obtener libremente anticoncepción justo
después de dar a luz.
Jenelyn Ranga dio a luz a su tercer hijo aquí. Se ve bastante
relajada. Volvió para este nacimiento para poder obtener un dispositivo intrauterino
gratuito. El DIU prevendrá sus embarazos durante unos siete años. "Para
mí, es importante tener anticonceptivos", dice. "Si todos tenemos
demasiados hijos, no tendremos recursos para alimentarlos. ¿Qué pasará con los
niños?
Si todo sale bien, Jenelyn Ranga ya no regresará a la
"fábrica de bebés".
jueves, 19 de enero de 2017
La vinculación, el apego y el "BabyTime"
La nueva madre Florentina
Trujillo, mirando y hablando a su bebé hospitalizado en la UCIN
Siempre en busca de nuevas
maneras de mejorar la atención al paciente, las enfermeras de la Unidad de
Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) de nivel 3 con 45 camas del Centro de
Salud Infantil Maxine Dunitz en el Centro Médico Cedars-Sinai de Los Ángeles en
California desarrollaron un programa llamado BabyTime que utiliza iPads para
promover el vínculo materno en las unidades hospitalarias.
"Puedes ver que las caras de las mamás se iluminan y brillan porque están tan felices de ver a sus bebés", dijo Yvonne Kidder, enfermera clínica IV, pionera en el concepto del BabyTime junto con Julius Cáceres, un enfermero del personal de la UCIN y miembro del equipo del proyecto informático de la unidad.
Una nueva mamá que requirió Cuidados Intensivos desencadenó esta idea. Una enfermera practicante fue a informar a la madre acerca del estado de su bebé, pero percibió que tenía que haber una mejor manera para que se les comunicara el estado del niño a las nuevas madres que no podían visitar a sus bebés en la UCIN y que eran alrededor del 10 al 20%. Algunas, por ejemplo, se estaban recuperando de partos por cesárea y otras estaban lidiando con diferentes complicaciones en su salud.
"Este fue un proyecto dirigido por enfermeras", dijo Cáceres. "Las enfermeras investigaron diferentes tecnologías, incluyendo cámaras web de cabecera, pero se quedaron con el iPad de Apple, debido a su aplicación FaceTime, a su cámara y a sus capacidades de audio.
"Uno de los puntos fuertes de Apple es su interfaz de usuario a través de dispositivos", dijo Cáceres. Como utiliza el mismo sistema operativo que los iPhones Volt que las enfermeras ya utilizan, era más fácil para ellos aprender a usar los iPads.
Kidder informó que la administración apoyó la idea y pensó que aumentaría la experiencia del paciente. Las enfermeras desarrollaron pautas y presentaron procesos de atención a sus compañeras sobre cómo usar el BabyTime. "Hicimos que fuera muy simple, porque pensamos que de esta manera se difundiría", dijo Kidder.
Antes de girar la cámara sobre el bebé, las enfermeras de la UCIN preparan a las nuevas mamás para lo que verán. Ya sea un ventilador mecánico, líneas endovenosas u otros equipos. Los hermanos del bebé, junto con la mamá, también pueden ver al recién nacido.
Una enfermera del área de hospitalización de la madre ayuda a conectar el sistema una vez por turno a través del Wi-Fi interno en un iPad propiedad del hospital. El programa desincentiva el uso de dispositivos personales, por lo que la conexión es segura y una enfermera puede estar con la madre, responder a las preguntas y proporcionar apoyo. Las dos enfermeras revisan los nombres y números de registro médico para asegurarse de que la madre correcta está mirando e interactuando con el bebé adecuado. Las visitas son permitidas por aproximadamente cinco minutos dos veces al día. Las nuevas madres pueden hablar con el equipo de atención médica de la UCIN, hacer preguntas y recibir actualizaciones sobre el estado del niño.
"Uno de los grandes beneficios es que las madres pueden relacionarse con la enfermera que cuida directamente al bebé", dijo Kidder. Ver al niño tiene una influencia calmante sobre las nuevas madres. "Ayuda a reducir su ansiedad", dijo Cáceres. "Una vez que el bebé está estabilizado, la mamá puede tener el BabyTime".
Los bebés también reaccionan cuando las madres les hablan. Las tasas de saturación de oxígeno suben, los signos vitales mejoran. "Usted puede ver disminuciones en el ritmo cardíaco de los bebés y parecen más tranquilos cuando escuchan la voz de mamá", dijo Cáceres.
Las enfermeras limpian los iPads entre los usos. Los dispositivos de la UCIN están asegurados en un soporte y, en las unidades para adultos, las enfermeras bloquean los iPads entre sesiones.
Desde que el programa comenzó, el programa BabyTime ha añadido más iPads para asegurarse de que estén disponibles para todas las mamás que quieran usarlos.
"Puedo ver que está siendo utilizado en todo el centro médico", dijo Kidder, sugiriendo que los médicos podrían ofrecer informes desde la sala de operaciones. "Esto no reemplaza el contacto cara a cara con el equipo médico, pero es un puente en la comunicación para ayudarnos a conectarnos con las familias".
martes, 17 de enero de 2017
El Hospital del Guasmo Sur de la ciudad de Guayaquil
El martes 17 de enero de 2017, con la presencia
del Presidente de la República, Rafael Correa, y la ministra de Salud,
Verónica Espinosa, entre otras autoridades, se inauguró oficialmente el
Hospital General Guasmo Sur, en la ciudad de Guayaquil, con 474 camas.
Al momento, es el hospital público más grande del país.
El hospital Guasmo Sur brinda servicios de
consulta externa de especialidades clínicas y quirúrgicas. Tiene
espacios para emergencias 24 horas, hospitalización, unidad de cuidados
intensivos, servicios de diagnóstico (laboratorio clínico y de anatomía
patológica), imagenología (tomografía, ecosonografía, resonancia
magnética). Actualmente hay 11 especialidades. Sin embargo, como la
apertura de servicios del hospital será progresiva, en vista de la
magnitud del establecimiento y la necesidad de llevar adelante un
proceso sistemático, terminará contando con 20 especialidades.
Desde hace casi 30 años no se construía un
hospital público en Guayaquil, la ciudad más poblada de Ecuador. De
acuerdo con el estándar de la Organización Mundial de la Salud, deben
existir al menos 2 camas por cada 10.000 habitantes. Con este nuevo
centro hospitalario, más el de Monte Sinaí (492 camas) y el de Los
Ceibos del IESS (600 camas), la urbe contará con 2,2 camas por cada
10.000 habitantes.
La empresa china CAMC Engineering fue la
encargada de construir el edificio, que está dividido en cuatro niveles.
El área de construcción es de 57.000 metros cuadrados. El costo de la
obra fue de $187,2 millones, incluido equipamiento.
lunes, 16 de enero de 2017
domingo, 15 de enero de 2017
viernes, 13 de enero de 2017
La Neonatología en Europa Occidental
El
Centro Médico Princesa Máxima de Veldhoven en los Países Bajos inauguró en
septiembre del 2012 un centro innovador de atención de la madre y del niño
centrado en la familia. De
este modo, los cuidados excepcionales extienden sus fronteras a la madre, el
padre y el bebé.
Esta innovadora instalación está
estableciendo nuevos estándares en la forma en que se brinda atención clínica a
la madre y al bebé. Este
Centro Médico ofrece atención integral centrada en la familia a los padres y a su
recién nacido, antes, durante y después del nacimiento. Como
resultado de la colaboración entre Philips y el Centro Médico, éste se ha convertido
en uno de los primeros centros europeos de este tipo en ofrecer una atención
centrada en las personas y en el cuidado neonatal conjuntamente.
El Centro ofrece también un ambiente cálido, íntimo y de apoyo que integra soluciones para las madres y sus bebés durante el embarazo, el parto, el parto, la atención postnatal, neonatal y pediátrica. Incorpora los últimos hallazgos clínicos para apoyar el crecimiento del bebé y el proceso de unión natural con los padres, sin comprometer la seguridad o calidad de la atención. Existe suficiente evidencia de que la implementación de la atención centrada en la familia y el desarrollo en el ambiente de la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) puede ser eficaz para mejorar los resultados médicos infantiles, disminuir la duración de la estancia y disminuir los costos de hospitalización.
Este nuevo Centro está diseñado para brindar una atención continua prenatal, del parto, atención postnatal, apoyo al amamantamiento y alta -dentro de una cómoda habitación de hospital. Si la madre experimenta problemas médicos durante el proceso, los médicos especialistas visitan la habitación de la madre en lugar de que la madre sea trasladada a otro departamento y separada de su bebé. Este es un concepto que no está ampliamente implantado en Europa. Si se necesita el cuidado de una UCIN, los bebés prematuros también se mantienen con sus madres en cuartos privados durante el tratamiento y la recuperación. Hasta ahora, típicamente, las madres habían permanecido en una sala obstétrica mientras sus bebés eran ingresados a una UCIN tradicional.
El Centro Médico Princesa Máxima es también el primer hospital del mundo en probar un nuevo concepto de experiencia de entrega desarrollado por Philips, un concepto de diseño que apoya a las mujeres y a su pareja durante el parto con animaciones interactivas y una aplicación de teléfono inteligente.
"Estamos muy orgullosos de que a través de la colaboración y la innovación podemos demostrar hoy que es posible empujar los límites de lo que la madre y el cuidado de los hijos debe ser", dice el profesor Guid Oei, ginecólogo en el Máxima Medical Center y uno de los fundadores del nuevo Centro Mujer-Madre-Niño. "Ahora podemos combinar la calidad de la atención con el calor vital y la intimidad que la madre y el niño necesitan antes, durante y después del nacimiento, incluso si la nueva vida comienza con complicaciones graves".
Basado en los principios del programa de Philips, Global Wee Care, reconocido internacionalmente, se recogen las mejores prácticas basadas en la evidencia y se ha cambiado el flujo de trabajo del Centro, moldeándolo completamente en torno a las necesidades y biorritmos de la madre y el niño, optimizando la interacción entre enfermeras y padres. El objetivo es apoyar un ambiente de curación, manejar el estrés y el dolor del bebé y asociarse con las familias. El programa incluye posicionamiento, cuidado y alimentación de bebés prematuros.
"Nos hemos centrado en la madre y en el bebé durante más de cuarenta años, comenzando con avances en el monitoreo fetal en 1968, los algoritmos de medición fisiológicos neonatales y el monitoreo especializado de la UCIN a principios de los años 70, para expandir nuestro accionar de manera cuidadosa incluyendo el apoyo a madres y bebés desde el embarazo hasta el hogar de transición", dice David Russell, Gerente General de Cuidado de la Madre y el Niño de Philips Healthcare. "La colaboración de Philips con el Centro Médico Princesa Máxima demuestra que nuestro compromiso con la atención centrada en la familia se extiende más allá de proporcionar el equipamiento. Nuestro enfoque holístico abarca la educación para apoyar una transformación clínica".
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