jueves, 27 de julio de 2017

Charlie Gard morirá

Manifestantes pidiendo una oportunidad para Charlie Gard

Los padres de Charlie

El bebé Charlie Gard será desconectado de su soporte vital y no podrá celebrar su primer cumpleaños este 4 de agosto.

Sus padres, Chris Gard y Connie Yates, han librado una dura batalla legal de cinco meses contra el Hospital Great Ormond Street de Londres, cuyos médicos sostuvieron desde un principio que no había cura posible para su hijo. Lo que hoy muchos se preguntan es qué habría pasado si el Hospital hubiese dejado marchar a Charlie hace cinco meses, cuando aún podría haber tenido una posibilidad, por mínima que fuera.

Los últimos escáneres realizados a Charlie mostraron que el niño padece daños irreversibles en el cerebro y sufre atrofia muscular severa. El doctor Hirano, el neurólogo de Nueva York que se había ofrecido a curar a Charlie, ha certificado que ya no existe tratamiento que pueda curarlo. En el tribunal, Grant Armstrong, que representa a los padres de Charlie, ha expresado con claridad la posición de los padres: “Lo mejor para Charlie es no seguir el tratamiento”.

Fuera de una de las salas de los Reales Tribunales de Justicia en el Strand londinense inicialmente se respiraba optimismo en la decisión del juez y varias decenas de personas del “Ejército de Charlie” y de CitizenGO y HazteOir.org, las plataformas que han recogido más de 550 mil firmas en diferentes países de Europa y de América pidiendo una oportunidad para Charlie, estuvieron desde primera hora de la mañana congregados, coreando consignas en favor de Charlie, cantando canciones y haciendo tocar el cláxon a los vehículos que pasaban.

Pero el ambiente se enfrió de golpe cuando se filtró lo que ocurría en el interior de la sala. La desesperación ha llevado a muchos a comenzar a gritar “¡vergüenza, vergüenza!” contra el hospital, contra el juez, incluso contra las decenas de medios de comunicación presentes, a los que han acusado de no defender desde un principio la causa de los padres.

El bebé pasará sus últimos momentos con vida en un hospital especializado en enfermos terminales, a la espera de que sus padres y los médicos que le tratan acuerden el plan de cuidados paliativos para él, según el dictamen emitido este miércoles.

En una audiencia celebrada en el Tribunal Superior de Londres, el magistrado Nicholas Francis determinó que los padres del bebé, Chris Gard y Connie Yates, y el hospital Great Ormond Street, donde el bebé está ingresado, tendrán de plazo hasta este jueves al mediodía para decidir cuál será el programa de cuidados que recibirá el pequeño y cuánto tiempo le queda de vida.

La familia de Charlie, un bebé de 11 meses aquejado de una rara enfermedad que le ha dejado en estado terminal, había pedido que se les concediera una semana junto a su hijo antes de dejarle morir y su abogado, Grant Armstrong, dijo que ha encontrado a un médico para cuidar al bebé en sus últimos momentos. No obstante, ese doctor ha resultado ser médico de familia y no el especialista en cuidados intensivos de pediatría, que el citado hospital considera "esencial" para dar la atención adecuada que precisa Charlie en ese último tramo.

El juez confía en que, pese a las diferencias, ambas partes lograrán alcanzar un acuerdo sobre el plan de cuidados al niño antes del 27 de julio del 2017 pues, de lo contrario, el bebé será igualmente trasladado y se pondrá fin a su tratamiento paliativo poco después.

Los padres de Charlie solicitaron esta semana a la justicia que su hijo pudiera salir del hospital y así fallecer en casa, tras abandonar su lucha legal de los últimos meses para poder someterle a una terapia experimental en Estados Unidos. Los médicos veían inviable esa opción por motivos prácticos y abogaban por un centro especializado en enfermos terminales, alternativa finalmente aceptada por la pareja.

Durante la audiencia se evidenciaron diferencias entre el equipo legal de los padres de Charlie y los médicos del hospital londinense sobre el plan de atención médica para los momentos finales del niño. Charlie padece el síndrome de depleción de ADN mitocondrial, un extraño desorden que inhabilita la capacidad del cuerpo de dar energía a los músculos y, según el citado centro médico de Londres, su calidad de vida no mejoraría con la terapia experimental.

“Mamá y papá te quieren mucho Charlie, siempre te han querido y siempre te querrán.  Sentimos tanto no haberte podido salvar… Dulces sueños, bebé. Duerme tranquilo, nuestro pequeño muchacho hermoso. Charlie Matthew William Gard. Nuestro héroe”.



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