lunes, 26 de febrero de 2018
miércoles, 21 de febrero de 2018
Eugenio Espejo: Quito, 21 de febrero de 1747 - Quito, 27 de diciembre de 1795
Banderitas colocadas en la ciudad de Quito atribuidas a Eugenio Espejo
Carlos Freile: Eugenio Espejo y su Tiempo
martes, 20 de febrero de 2018
El Hospital León Becerra de Guayaquil, Ecuador, está en crisis
Esta crisis, sin embargo, no impidió que las misiones médicas
internacionales sigan visitando el Hospital León Becerra, de Guayaquil en
Ecuador.
El centro médico de la Sociedad Protectora de la
Infancia, que coordina cirugías gratuitas para niños, afronta una complicada
situación económica. “La situación es crítica”, resume Ricardo Koening,
presidente de la institución benefactora, creada en la ciudad en 1905.
Él explica que el Ministerio de Salud Pública (MSP)
les debe USD 7,2 millones, un valor que se vendría acumulando desde el 2014.
Ese valor corresponde a una resolución del Congreso Nacional de 2006.
Desde ese año se dispuso la entrega de USD 80.000
mensuales al hospital, por parte del Estado, para la atención en salud. El
monto está destinado al pago de roles y capacitación del personal. Las mejoras
de infraestructura y el equipamiento se realizan a través de donaciones, como
afirman los directivos.
Por eso la falta de pago del MSP afecta a los 270
colaboradores del hospital, quienes no han recibido sus sueldos en los últimos
tres meses. Tampoco han podido cancelar las cuentas que mantienen con
proveedores. En total, ese valor llega a los USD 4,5 millones.
Este Diario solicitó información al Ministerio de
Salud Pública sobre la deuda con el León Becerra. Sin embargo, no ha emitido
una respuesta. La semana pasada un grupo de trabajadores hizo un plantón frente
a la Gobernación del Guayas. Los delegados del Gobierno ofrecieron darles una
respuesta mañana.
El presidente de la Sociedad Protectora de la
Infancia asegura que han enviado cartas al presidente Lenín Moreno y a sus
ministros de Finanzas y Salud.
Desde agosto esperan una respuesta. Como solución,
el directivo dice que están dispuestos a recibir bonos negociables del Banco
Central del Ecuador. “No buscamos una confrontación, buscamos solucionar un
problema que nos generó el Estado”.
El 80% de los pacientes del León Becerra son niños.
El hospital funciona en el sur de Guayaquil desde hace 112 años. El 85% de su
facturación proviene del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, que en los
últimos años ha reducido sus derivaciones; ese es otro problema que afronta. El
15% restante es generado por pacientes particulares y algunas aseguradoras
privadas.
Desde el 2012, la Sociedad Protectora de la
Infancia coordina la visita de misiones de médicos desde Estados Unidos y
Francia, para cirugías gratuitas de labio leporino, paladar hendido, estrabismo
y malformaciones.
Este fin de semana recibieron al primer grupo de
especialistas del año, que planifica hacer 100 operaciones. Las valoraciones de
los pacientes ya fueron hechas y los procedimientos quirúrgicos comenzaron este
lunes 19 de febrero.
FUENTE:
lunes, 19 de febrero de 2018
Teodora es libre
Perder al hijo que esperabas es duro.
Que te culpen por ello y te metan en la cárcel, más.
Eso es lo que la salvadoreña Teodora Vásquez asegura que hicieron con ella las autoridades de su país cuando solo tenía 24 años. Vásquez salió el pasado jueves 15 de febrero del 2018 de la cárcel después de una década presa por un evento obstétrico del que ella siempre dijo que fue espontáneo y no provocado.
Después de años de recursos en los tribunales y de reivindicación en las calles, alentada por Amnistía Internacional y otras organizaciones que la apoyan, su caso se ha convertido en un ejemplo de la lucha por los derechos de los mujeres en un país que tiene uno de los marcos legales más restrictivos sobre el aborto del mundo.
La historia de su vida se torció en 2007, cuando tenía un hijo de cuatro años, al que peleaba por alimentar con su sueldo de empleada en una escuela, y esperaba al segundo.
«Estaba trabajando en el colegio y a eso de las dos de la tarde me empecé a sentir muy mal. Estaba en el noveno mes de embarazo y creía que iba a nacer mi bebé. Como los dolores no pasaban, sino que aumentaban, llamé a una ambulancia. Hasta cinco veces, pero nunca llegó.
Me dieron ganas de hacer pipí y fui al baño. Al bajarme la ropa interior, noté algo que se desprendió dentro de mí. En ese mismo instante me desmayé. Busqué a mi compañera para que me dijera lo que había pasado, que mirara en el baño y me dijera lo que había ahí. En ese momento llegó la policía. Vio las huellas de sangre y preguntó de quién era lo que había en el baño. Yo, sin temor, porque sabía que no había hecho nada malo, dije que era mío. Me preguntaron: "¿Por qué lo hiciste?". "Yo no he hecho nada", contesté. "Has matado a tu hijo", me dijo el policía. Fue así como supe que era mi bebé lo que había en el baño. Y ahí me capturaron. Me dijeron que me llevaban por haber matado a mi hijo. Esa fue la explicación.
Me sentí derrotada porque yo tenía todas las esperanzas de tener a mi hijo. Tenía tanta ilusión... Mi mundo se derrumbó porque perdí a mi bebé y también mi libertad, y con ella el derecho de estar con otro hijo y con mis padres. Yo me había construido una vida, y lastimosamente no salió como la había proyectado.
La policía me trató muy mal. En El Salvador se aceptan todo tipo de delitos, menos esos. Me insultaban, me tiraban la puerta del carro, se negaban a llevarme al baño cuando yo lo pedía, me negaban los medicamentos. No hicieron nada por mí. Me decían que era una mala madre y una perra. Finalmente, me condenaron a 30 años de prisión por asesinato agravado.
Los abogados defensores que llevaba abandonaron el proceso. En la audiencia en la que me condenaron estuve sola, acompañada tan solo por un abogado de la Procuraduría al que le habían asignado mi caso solo 11 horas antes.
A los tres meses de entrar yo en la cárcel, el padre de mis hijos nos abandonó y se fue con otra mujer».
Teodora pudo salir de la cárcel gracias a una sorprendente decisión del Tribunal Supremo de El Salvador, que decidió conmutar su pena. Sin embargo, no se ha reconocido su inocencia, por lo que sus abogados presentarán más recursos.
En 2016, Amnistía Internacional le presentó al gobierno 250.000 firmas "exigiendo su libertad". Y en noviembre del año pasado, Naciones Unidas pidió a las autoridades de El Salvador la revisión de los casos de mujeres que cumplen largas penas por provocarse aborto.
Según la organización salvadoreña Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto, actualmente unas 27 mujeres cumplen penas de entre seis y 35 años por la penalización del aborto. El gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén propuso en 2016 impulsar una reforma para permitir la interrupción del embarazo en los casos en que la vida de la madre esté en riesgo o sea fruto de una violación, pero el proyecto no ha prosperado en el Congreso.
El Salvador sigue siendo junto a Nicaragua, Honduras, Haití, Surinam, Andorra y Malta uno de los pocos países del mundo que mantienen una prohibición absoluta del aborto.
FUENTES: http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-43079010
http://juninalminuto.com/una-mujer-condenada-a-30-anos-por-practicarse-un-aborto-en-el-salvador-finalmente-fue-liberada/
viernes, 16 de febrero de 2018
Cruces para las víctimas de la Marjory Stoneman Douglas High School
Cruces para las víctimas de los disparos del miércoles 14 de
febrero del 2018 en la Marjory Stoneman Douglas High School cuelgan de una
cerca a poca distancia de la escuela en Parkland, Florida, EE. UU. (Foto de Jonathan Drake para Reuters)
martes, 13 de febrero de 2018
Se desarrollan, por primera vez, óvulos humanos en el laboratorio
La técnica se ha creado para
preservar la fertilidad de mujeres o niñas que van a empezar radioterapia o
quimioterapia
Científicos de Edimburgo (Reino
Unido) y de Nueva York (EE UU) han logrado por primera vez cultivar fuera del
cuerpo óvulos humanos inmaduros hasta su última fase de desarrollo, el momento
en el que están listos para la fecundación con un espermatozoide. Los autores
sugieren que esta técnica podría utilizarse para preservar la fertilidad de
niñas antes de que reciban tratamientos que podrían dañar sus óvulos, como
quimioterapia o radioterapia.
Para desarrollar un tratamiento
de preservación de fertilidad, los científicos primero tendrán que demostrar
que los óvulos maduros son viables y que al fecundarse producen embriones
sanos, afirma Antonio Requena, el director general médico del Instituto
Valenciano de Infertilidad (IVI), que no participó en la investigación. Esto ya
se ha logrado en ratones, pero tendrán que pasar varios años más hasta que se
demuestre la seguridad del método en humanos. En el estudio, que aparece
publicado en la revista científica Molecular
Human Reproduction, participaron 10 mujeres sanas que habían escogido dar a
luz por cesárea. Durante la operación, los cirujanos tomaron biopsias de sus
ovarios que sirvieron para la posterior extracción de folículos ováricos
—envoltorios de tejido que contienen los óvulos—.
“El cultivo es complicado, porque
las estructuras cambian muchísimo su tamaño”, explica a Materia Richard
Anderson, uno de los autores del estudio de la Universidad de Edimburgo. “Los
folículos primordiales solo miden unas micras de diámetro, mientras que el
folículo maduro puede llegar a medir dos centímetros de lado a lado”, señala el
biólogo. Para sortear estos cambios morfológicos, los investigadores realizaron
el proceso en varias fases: empezaron desarrollando folículos completos, pero
cuando estos se volvieron demasiado grandes para las técnicas de cultivo,
extrajeron los óvulos y descartaron el tejido accesorio.
Anteriormente, varios centros de
investigación habían logrado replicar partes del proceso de desarrollo, pero
esta es la primera vez que se lleva a cabo por completo. Mientras que en un
ovario sano la maduración del óvulo suele llevar tres meses, en el laboratorio
solo tardó tres semanas. Anderson sostiene que “el hecho de que suceda más
rápido en cultivo no significa que hay ocurrido algo malo, simplemente que el
desarrollo es posible en menos tiempo”.
Requena advierte que “debemos ser
muy cautos” antes de proceder con técnicas de preservación de fertilidad, pero
felicita a los investigadores por el potencial que tiene su logro para la
clínica. Normalmente, los médicos pueden extraer tejido ovárico de pacientes
oncológicos para reimplantarlo después del tratamiento. Sin embargo, esa
intervención conlleva el riesgo de reintroducir células cancerosas al
organismo. Con la nueva técnica, los óvulos inmaduros que se extraen del tejido
ovárico se pueden desarrollar y almacenar en el laboratorio para su posterior
fecundación. Cada óvulo aislado estaría libre de células contaminantes:
“podríamos fecundarlos [in vitro] y obtener embriones, que es lo que se
implantaría”, explica el doctor.
Aunque han demostrado que
desarrollar óvulos en el laboratorio es posible, los autores reconocen que el
proceso no es exactamente eficiente: de los 87 folículos que cultivaron,
lograron extraer nueve óvulos maduros. Además, las células que obtuvieron no
son idénticas a las que produce el cuerpo. Cuando el óvulo madura por completo,
debe expulsar la mitad de su material genético en una estructura secundaria
llamada el cuerpo polar. Todos los óvulos de laboratorio, ya sean de ratón o de
humano, muestran cuerpos polares más grandes de lo normal. “No sabemos si el
tamaño del cuerpo polar es relevante, pero en ratones la fecundación de los
óvulos de laboratorio no es tan eficiente como cuando crecen en el cuerpo”,
dice Anderson. A pesar de estas limitaciones, el estudio también ha clarificado
el proceso de desarrollo del óvulo humano en sus distintas etapas, lo cual
podría facilitar la investigación de otros tratamientos de infertilidad y de
nuevas técnicas en medicina regenerativa.
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