jueves, 29 de marzo de 2018
domingo, 25 de marzo de 2018
viernes, 23 de marzo de 2018
Diez mitos sobre las vacunas
1. La infección natural es mejor
que la vacunación: FALSO
Aunque la protección natural que
generan algunas enfermedades puede durar toda la vida, la infección natural
conlleva mucho más riesgo para la salud que la vacunación. Algunas infecciones
pueden llegar a ser mortales, o predisponer para otras infecciones secundarias
más graves. Por ejemplo, la varicela puede favorecer una superinfección
posterior por Streptococcus, Haemophilus influenzae tipo b (Hib) puede causar
retraso mental, la rubéola provoca defectos congénitos, el virus de la
hepatitis B puede causar cáncer del hígado y el sarampión la muerte.
2. Las vacunas no son necesarias,
las mejores condiciones higiénicas y de alimentación harán desaparecer las
enfermedades: FALSO
Las enfermedades contra las que
podemos vacunar volverían a aparecer si se interrumpieran los programas de
vacunación. Aunque la mejor higiene, el lavado de las manos, el agua potable y
una sana alimentación contribuyen a protegernos contra las enfermedades
infecciosas, muchas infecciones se pueden propagar independientemente de la
higiene que mantengamos. Si no hubiera vacunas muchas enfermedades infecciosas
que se han reducido hasta un 90% reaparecerían rápidamente.
3. Las enfermedades prevenibles
mediante vacunación están casi erradicadas en mi país, por lo tanto no hay
motivos para que me vacune: FALSO
Es verdad que actualmente muchas
de las enfermedades prevenibles mediante vacunación son poco comunes en muchos
países, pero los agentes infecciosos que las provocan siguen circulando en
algunas partes del mundo. Los patógenos no conocen fronteras y no saben si
están en Cataluña, La Rioja o Andalucía. En un mundo globalizado, esos agentes
pueden atravesar las fronteras geográficas e infectar a cualquier persona que
no esté protegida. Hay dos motivos fundamentales para vacunarse: protegernos a
nosotros mismos y proteger a quienes nos rodean. Gracias al efecto “rebaño”,
vacunándonos nosotros interrumpimos la cadena de transmisión del patógeno y
protegemos a los más débiles que no podemos vacunar, los niños, los enfermos y
los ancianos. La vacunación es una muestra de solidaridad con los más débiles.
Las vacunas evitan las epidemias.
4. La vacuna
sarampión/paperas/rubéola (SPR) causa autismo: FALSO
El artículo de 1998 que relacionó
esta vacuna con el autismo solo incluyó 12 casos y nunca se han podido
confirmar esos datos. De hecho, se demostró que los datos de la publicación
habían sido sesgados, y la revista tomó la decisión de retirar y retractarse de
lo publicado. Se han evaluado y revisado más de 20.000 artículos relacionados
con esta vacuna y más de 14 millones de casos de niños vacunados y no hay
ningún indicio de que esta vacuna tenga alguna relación con el autismo.
5. El timerosal de las vacunas
causa autismo: FALSO
El timerosal es el etilmercurio,
un derivado del mercurio de muy baja toxicidad que ha sido empleado como
conservante en algunas vacunas desde los años 30, para prevenir el crecimiento
de microorganismos que las puedan contaminar. No es lo mismo que el
metilmercurio. La baja toxicidad del timerosal se puso en evidencia tras su
utilización como sustancia para el tratamiento de la meningitis durante una
fuerte epidemia ocurrida en EE.UU. en 1929, cuando todavía no había
antibióticos. El timerosal no funcionó como método curativo de la meningitis,
pero ya entonces quedó clara su inocuidad en dosis 10.000 veces superior a la
que contenían las vacunas. Múltiples estudios epidemiológicos han demostrado
que no hay ninguna asociación entre el timerosal y el autismo u otros
trastornos neurológicos. A pesar de las pruebas científicas, el debate público
en torno al timerosal, ha promocionado el uso de vacunas sin timerosal. Hoy,
solo algunas vacunas contra la gripe emplean timerosal.
6. El aluminio de las vacunas es
peligroso: FALSO
El aluminio se emplea como
adyuvante en muchas vacunas para mejorar las respuesta inmune. Sin embargo, la
cantidad de aluminio en las vacunas es mínima comparada con la cantidad que
encontramos en otros productos de consumo diario: un bebe está expuesto a más
aluminio en la leche materna o de biberón que con las vacunas. Una dosis normal
de antiácidos puede contener 1.000 veces más aluminio que una vacuna. Además,
la mayor parte del aluminio que ingresa en el organismo es eliminado
rápidamente. Aproximadamente la mitad se elimina por la orina o la bilis en
menos de 24 horas y más de tres cuartas partes se elimina en menos de dos
semanas.
7. El actual calendario vacunal
no es sano: FALSO
El calendario vacunal se diseña
para proteger a los niños contra las enfermedades infecciosas a las que son más
vulnerables. Retrasar las vacunas aumenta el tiempo en el que el niño está
expuesto a los patógenos y es susceptible de enfermar. Recibir las vacunas a
tiempo no afecta el desarrollo neuronal de los niños y no aumenta la
posibilidad de desarrollar autismo, ni tiene que ver con el síndrome de muerte
súbita del lactante.
8. Recibir muchas vacunas al
mismo tiempo puede sobrecargar al sistema inmune: FALSO
La administración simultánea de
varias vacunas no conlleva ningún efecto secundario sobre el sistema
inmunitario del niño. La cantidad de antígeno que se administra en las vacunas
es mínima comparada con la que se encuentra un niño cada día. El sistema inmune
es tan sofisticado que podría responder a más de 10.000 vacunas al mismo
tiempo. Aunque el número de vacunas que recibe un niño ha aumentado en los
últimos años, las nuevas vacunas se diseñan de forma que la cantidad total de
antígeno ha disminuido.
9. Las vacunas son solo para los
niños: FALSO
Las vacunas también están
indicadas en la edad adulta. Para algunas enfermedades la protección no dura
toda la vida y debemos recibir una dosis de “recuerdo” para volver a estimular
nuestro sistema inmune. Otros patógenos nos pueden afectar más y dar más
complicaciones en la edad adulta como el virus de la gripe, el tétanos, el
herpes o la enfermedad neumocócica, que puede causar meningitis o neumonía
incluso mortal. Con la edad nuestras defensas también se debilitan y si hay
otra enfermedad previa, las vacunas pueden evitar complicaciones.
10. La vacuna de la gripe no
funciona, muchas personas vacunadas agarran una gripe: FALSO
Ninguna vacuna es 100% efectiva,
pues siempre hay un pequeño porcentaje de personas vacunadas que, por razones
individuales, no desarrollan inmunidad a pesar de la vacunación. Sin embargo,
ese porcentaje es menor del 15%. La vacuna de la gripe no protege contra el
catarro, y muchas personas confunden la gripe con el catarro. Cada año pueden
morir en el mundo más de 200.000 personas por complicaciones asociadas a la
gripe, y muchas de ellas se podrían evitar con la vacuna.
El pian comienza donde acaban las carreteras y puede ser la segunda enfermedad erradicada del planeta.
Un niño afectado por pian, antes y después del tratamiento
Por Ignacio López Goñi
El pian, una enfermedad olvidada,
solo se da en humanos, se transmite por contacto y se cura con una sola dosis
de un antibiótico barato.
En mayo de 1980 la OMS declaró la
viruela erradicada. Ha sido la primera y de momento la única enfermedad
infecciosa humana borrada de la faz del Planeta (aunque existe otra también
erradicada: en junio de 2011 la OIE y la FAO anunciaron por su parte la
erradicación de la peste bovina, que no afecta al ser humano). Ahora, el pian
puede llegar a ser la segunda.
El pian (yaws en inglés) es una
enfermedad infecciosa causada por bacterias del género Treponema, un Gram
negativo del grupo de las espiroquetas. El microorganismo causante, Treponema
pallidum subespecie pertenue, está genéticamente muy próximo a T. pallidum
subespecie pallidum, el agente causante de la sífilis, y a las especies
causantes de otras enfermedades como el bejel y el mal de pinto. El pian es la
más frecuente de estas infecciones.
La enfermedad afecta
principalmente a niñas y niños que viven en las comunidades pobres de África,
Asia, Latinoamérica y el Pacífico, en zonas aisladas y alejadas de los
servicios sanitarios donde la pobreza, el bajo nivel socioeconómico y la mala
higiene personal facilitan la propagación del pian. Más del 75 % de los
afectados son menores de 15 años
La enfermedad afecta a la piel,
los huesos y los cartílagos. El ser humano parece ser el único reservorio, y la
transmisión se hace de persona a persona. El pian se presenta como un papiloma
en la piel lleno de bacterias. Si no se tratan esos papilomas acaban formando
úlceras, que afectan a brazos y piernas. Estas lesiones son muy infecciosas y
pueden propagarse rápida y fácilmente por contacto directo a otras personas. Si
la enfermedad no se trata, pueden aparecer múltiples lesiones amarillentas y
elevadas, deformaciones graves de los huesos largos y de los huesos de los
dedos de la mano, mucho dolor y causar desfiguración y discapacidad
permanentes.
No hay muchos datos sobre la
magnitud de la enfermedad. Existen 13 países en los que el pian es endémico, y
ocho de ellos notificaron más de 46.000 casos en 2015. Por ejemplo, en mayo de
2016 la OMS declaró que la India estaba libre de pian y, aunque Ecuador no haya
notificado casos durante varios años, todavía no se ha comprobado que esté
libre de la enfermedad.
Existe otra bacteria, Haemophilus
ducreyi que causa úlceras cutáneas (sobre todo en las piernas) muy parecidas a
las del pian, lo que complica el diagnóstico clínico de la enfermedad. Se
calcula que aproximadamente un 40 % de las úlceras identificadas como pian son
en realidad causadas por esta otra bacteria.
Las campañas de erradicación del
pian comenzaron en 1952. Durante décadas se calcula que se trataron más de 50
millones de personas. Una campaña mundial de administración de una inyección de
penicilina benzatínica redujo a finales de los años sesenta el número mundial
de casos en un 95 %. Sin embargo, el abandono de los programas y la debilidad
de la vigilancia produjeron un resurgimiento en muchos países. La erradicación
recibió un nuevo impulso cuando en 2012 se comprobó que una única dosis oral de
otro antibiótico, la azitromicina, que con una dosis oral única puede curar
completamente el pian. Este descubrimiento lo hizo el joven médico español
Oriol Mitjà (1).
En más del 95 % de los casos se
observa una curación completa, después del tratamiento antibiótico. Por lo
fácil que resulta su administración (vía oral, sin inyecciones) y por sus
ventajas logísticas en las campañas a gran escala, desde 2012 la OMS ha
renovado los esfuerzos para erradicar esta enfermedad lo que podría ocurrir
para el año 2020. Las experiencias piloto obtenidas en algunos países han
demostrado claramente que la interrupción de la transmisión es posible para el
años 2020, siempre que se pueda garantizar un suministro sostenible de
azitromicina, un antibiótico que solo cuesta 10 céntimos de euro la dosis.
No hay vacunas contra el pian. El
programa de erradicación se basa en interrumpir la transmisión a través de un
diagnóstico rápido y el tratamiento masivo y precoz con antibióticos a
comunidades afectadas. Además, son esenciales la educación sanitaria y la
mejora de la higiene personal.
¿Cuáles son los criterios para
declarar erradicada esta enfermedad? Si durante tres años consecutivos ocurren
estas tres condiciones:
- Ausencia de nuevos casos
indígenas;
- Ausencia de transmisión en las
encuestas serológicas realizadas en niños de 1 a 5 años;
- Resultados negativos de la PCR
en las lesiones sospechosas (otras lesiones, como las producidas por H.
ducreyi, pueden simular las úlceras del pian).
NOTA: Recientemente se ha
sugerido que incluso dosis menores de azitromicina pueden ser igualmente efectivas.
El equipo de Oriol Mitjà acaba de publicar un trabajo (2) realizado entre junio
de 2015 y julio de 2016, en niños con pian en Ghana y Papúa Nueva Guinea.
Compararon los resultados del tratamiento de la dosis convencional (30 mg/kg) y
una dosis reducida (20 mg/kg), que es la que se emplea para el tratamiento del
tracoma, otra enfermedad infecciosa endémica de los países donde suela existir
también el pian. Los resultados sugieren que la dosis reducida es igual de
efectiva para curar el pian, aunque los autores son cautos y sugieran también
más estudios para confirmarlo. Emplear una dosis reducida tiene la ventaja de
que, además de ser incluso más barato, permite seguir la misma pauta en países
donde coincidan ambas enfermedades y puede evitar la aparición de cepas
resistentes al antibiótico.
Referencias:
(1) Mitjà O, y col. Single-dose azithromycin
versus benzathine benzylpenicillin for treatment of yaws in children in Papua
New Guinea: an open-label, non-inferiority, randomised trial. Lancet. 2012 Jan
28;379(9813):342-7. doi: 10.1016/S0140-6736(11)61624-3.
(2) Marks M, y col. Comparative efficacy of
low-dose versus standard-dose azithromycin for patients with yaws: a randomised
non-inferiority trial in Ghana and Papua New Guinea. Lancet Glob Health. 2018.
pii: S2214-109X(18)30023-8. doi: 10.1016/S2214-109X(18)30023-8.
viernes, 16 de marzo de 2018
Las caras visibles de los antivacunas
Luc Montagnier, Jenny McCarthy y Jim Carrey
Por Patricia Peiró
Los casos de sarampión en Europa
aumentaron un 400% en 2017. De 5.273 en 2016, a 21.315 en 2017, según datos de
la Organización Mundial de la Salud (OMS). La noticia sorprendía a finales de
febrero y todas las miradas se dirigieron al movimiento antivacunas. ¿Realmente
se está haciendo tan fuerte como para resucitar enfermedades casi aplastadas?
¿Los bulos van ganando batallas a uno de los avances científicos que más vidas
ha salvado en la historia de la humanidad? La OMS no aludió directamente a este
lobby, sino que se limitó a lamentar la "disminución de la cobertura
vacunal".
Los antivacunas cuentan con
altavoces que dan alas a mitos sobradamente desacreditados. Desde periodistas
pobremente informados hasta celebrities
de alfombra roja e incluso un premio Nobel dan pábulo a esta corriente tan
dañina.
Andrew Wakefield, el impulsor:
Todo empezó con él. Antes de que
publicara en 1998 su hoy refutado estudio que relacionaba autismo y vacunas, el
lobby antivacunas era tímido, pero esta fraudulenta investigación supuso un
auténtico espaldarazo. Se la coló a la revista The Lancet, una de las
publicaciones científicas más prestigiosas, que tuvo que retirar el artículo
cuando se comprobó que la investigación había sido de todo menos rigurosa.
Se probó que el médico había
recibido dinero de organizaciones antivacunas, se realizó el estudio con solo
12 niños e incluso pagó a los amigos de su hijo para obtener sus muestras de
sangre. Aunque todo salió a la luz, el daño ya estaba hecho, todavía hoy el
movimiento lo considera un auténtico gurú víctima de un sistema que oculta el
reverso tenebroso de la inmunización. El colegio de médicos de Reino Unido le
retiró la licencia, así que ya no puede ejercer en su país.
Jenny McCarthy, líder
indiscutible:
Si Wakefield es el gran gurú,
McCarthy es la lideresa. En los noventa fue actriz, presentadora y conejita
playboy. Su carrera viró bruscamente en 2014 cuando tuvo un hijo con autismo y
decidió volcarse plenamente en el activismo antivacunas. Desde entonces,
organiza conferencias, es la cabeza visible en manifestaciones y cuenta su
cruzada en los programas con más audiencia de Estados Unidos, entre ellos el de
Ophra.
Ella sostiene que su hijo no
nació con la enfermedad, sino que fue testigo de cómo la adquirió después de
una vacunación a los pocos meses de edad. "La gente muere por culpa de las
vacunas, mi hijo Evan murió delante de mí en dos minutos", defiende Jenny
en una delirante entrevista en la CNN. McCarthy asegura también que ha
conseguido "curar" el autismo de su hijo gracias a la dieta, al
suministro extra de vitaminas y desintoxicando el cuerpo de metales.
Apoyo desde Hollywood:
La resistencia a la inmunización
también ha cundido entre algunas estrellas del cine en Hollywood. Jim Carrey se
sumó a esta corriente precisamente por culpa de Jenny McCarthy, con la que
mantuvo una relación de cinco años. En 2010, el actor escribió una columna para
el Huffington Post repleta de pseudociencia en el que contaba que en Minnesota
un niño de cada 80 tiene autismo y se preguntaba: "¿Podemos darnos el lujo
de ignorar las vacunas como una posible causa del aumento de estas cifras
cuando se trata de uno de los elementos cada vez más habituales en el entorno
de nuestros niños?".
Otro de los que ha planteado sus
dudas sobre la seguridad de la inmunización es Robert de Niro. Como padre de un
hijo autista, también ha asegurado que le preocupa mucho la inseguridad de las
vacunas y ha pedido a los científicos que investiguen sus peligros. En 2016 se
vio obligado a retirar un documental antivacunas del festival de Tribeca, pero
después se arrepintió y recomendó a los espectadores que lo vieran.
Del Bigtree, el productor
'influencer':
Es el productor televisivo de
Vaxxed, el documental que De Niro retiró de Tribeca en 2016. La pieza se ha
convertido en toda una biblia audiovisual para este movimiento y está dirigida,
como no, por Andrew Wakefield. El documental es el enésimo intento de resucitar
su nefasta investigación de 1998. Del Bigtree tiene un programa de radio y un
canal de YouTube con una estética muy parecida a la de un telepredicador con
cinco millones de suscriptores en el que asegura que está en una "búsqueda
para encontrar respuestas a las preguntas que todos los demás tienen miedo de
preguntar".
La Casa Blanca no podía faltar:
En 2014, Donald Trump lanzó un twit
en el que anunciaba que si llegaba a ser presidente lucharía porque los niños
recibieran las vacunas adecuadas y finalizaba con una palabra:
"Autismo". Dos años después fue elegido presidente. Desde que accedió
al cargo, ha seguido alimentando este movimiento hasta llegar al punto de que
va a crear una comisión sobre la obligatoriedad de la inmunización encabezada
por el antivacunas por excelencia de la política estadounidense: Robert F.
Kennedy Jr. (sobrino del expresidente asesinado). Lo que es más preocupante es
que este lobby pulula a sus anchas en la derecha y en la izquierda. La lideresa
del Partido Verde, Jill Stein, también insta a plantearse ciertos interrogantes
sobre este asunto.
Luc Montagnier, un Nobel
homeópata:
Muchos se sorprendieron cuando
encontraron al codescubridor del virus del VIH-SIDA en un congreso organizado
por Jenny McCarthy en el panel de expertos de 2012. El ganador del premio Nobel
de Medicina en 2008 se ha convertido a sus 80 años en un defensor de la
homeopatía y ahora se dedica a cuestionar a las vacunas en todas las charlas a
las que le invitan las organizaciones contrarias a ellas. "Querría alertar
sobre la muerte súbita infantil. Esto es algo terrible, la causa es
desconocida, pero hay hechos científicos que muestran que muchas de estas
muertes ocurren después de una vacunación", afirmó en una conferencia hace
solo unos meses. Su colega en el descubrimiento no quiere ni hablar de él.
Roberto Gava y el creciente apoyo
en Italia:
Este médico italiano fue el
primero en ser expulsado de su colegio profesional por fomentar con su trabajo
diario y numerosas publicaciones la oposición a las vacunas. Aunque se le ha
prohibido ejercer, sigue alentando dudas sobre su eficacia desde su página web.
Entre las evidencias a las que alude para demostrar la peligrosidad de las
vacunas es que a veces los niños tienen algo de fiebre tras recibirlas.
Así, se ha convertido en un
auténtico líder de estas creencias en Italia, el segundo país de Europa en el
que aumentaron más los casos de sarampión. La tibieza o, en muchos casos
oposición, que el movimiento 5 Stelle ha mostrado hacia la profilaxis también
ha contribuido a reformar el lobby. Acaba de resultar el partido más votado en
las últimas elecciones de ese país.
Javier Cárdenas y los bulos:
Por suerte, el movimiento
antivacunas no está muy arraigado en España, pero hay algunos que rescatan mitos
ya superados para generar debate. El locutor y presentador Javier Cárdenas
habló en su programa de radio el pasado año de la relación entre autismo y
vacunas y se basó en "un estudio" que habla sobre el aumento de casos
de este trastorno en Estados Unidos. Cárdenas utilizó más argumentos: “Ya lo
dijo incluso Obama: el autismo se ha convertido en una epidemia. Para que veas
hasta qué punto algo se está haciendo mal, seguro, desde un punto de vista de
las vacunas”. Como es bien sabido, el expresidente norteamericano ha mostrado
en numerosas ocasiones su apoyo indiscutible a la vacunación.
FUENTE: https://elpais.com/elpais/2018/03/05/planeta_futuro/1520253292_235892.html
FUENTE: https://elpais.com/elpais/2018/03/05/planeta_futuro/1520253292_235892.html
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